Infundiendo amor: una carta a la hemofilia

Querida hemofilia,
Hubo un tiempo en que me devastaste. Destrozaste la rodilla y el tobillo de mi pequeño, causándole un dolor tremendo y obligándolo a someterse a varias cirugías de puertos. Faltó semanas de escuela. Ah, y no olvidemos la silla de ruedas en la que lo pusiste durante más de un año. Eso fue una tortura, quitarle la capacidad de jugar con amigos y correr. Le quitaste mucho.
Pero nunca impidiste que nuestra familia lo amara. Mi hijo recibió una lluvia de amor y oraciones de cerca y de lejos, y ahora está bien. No ha faltado a ninguna escuela este año y corre y juega con sus amigos a pesar de ti. En realidad, ni siquiera camina mucho, ¡corre! Y es que, sus infusiones diarias son pan comido: las maneja como un guerrero.
Una cosa que intentaste con todas tus fuerzas fue quitarme la estrecha relación que compartía con mi marido. Cuando mi esposo y yo corríamos de un lado a otro del hospital y pasábamos noches separados, nuestra relación se resintió. Solo podíamos vivir momento a momento para asegurarnos de poder mantener nuestros trabajos, cuidar de nuestro hijo mayor y estar con nuestro guerrero en todo momento. Una vez que estuviste lejos pensaste que mi esposo y yo no sabríamos qué hacer, ¿no?
Bueno, tenías razón.
Vimos el daño que le hiciste a nuestro hijo, pero pasó algún tiempo antes de que nos diésemos cuenta del impacto que tuviste en nuestra relación. Tuvimos que descubrir no sólo cómo era nuestra dinámica familiar sin el estrés que usted pone en nuestras vidas, sino que también tuvimos que aprender quiénes éramos como amigos, y como marido y mujer, una vez más.
Pero ahora estamos mejor que nunca porque usted nos ha ayudado a darnos una perspectiva que no tendríamos. En un extraño giro del destino, nos has ayudado a acercarnos más como familia.
Atentamente,
Una mamá guerrera
Cazandra vive con su esposo Joe, su hijo Julian de 19 años y su hijo Caeleb de 10 años en Nuevo México.

*Nota: "Infusing Love: A Mom's View" es una colección de blogs de opiniones personales y una representación de las experiencias individuales. Si bien se realizan grandes esfuerzos para garantizar la precisión del contenido, las entradas del blog no representan a HFA ni a su Junta Directiva. El blog tampoco pretende ser interpretado como consejo médico o la opinión/posición oficial de HFA, su personal o su Junta Directiva. Se recomienda encarecidamente a los lectores que analicen su propio tratamiento médico con sus proveedores de atención médica.