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Un cuerpo más fuerte y saludable significa menos sangrado

 

Tengo hemofilia.

Cuando estaba en la escuela, mis padres me dijeron que no podía jugar fútbol americano, béisbol, fútbol u otros deportes de contacto porque “sangraba”. Siempre me pregunté, mientras crecía, ¿qué significa ser un sangrador? Todo lo que sabía era que me lastimaba con facilidad y que no iba a morir por un corte con papel.
Durante el gimnasio, mientras mis amigos jugaban baloncesto, caminaba por la pista contemplando por qué esta condición me impedía hacer las cosas que quería hacer. Mis compañeros de clase empezaron a llamarme "niño burbuja". Honestamente, no podía culparlos, porque así es como me sentía: un niño joven, frágil y destrozado por el que todos estaban constantemente preocupados. Empecé a resentirme por tener hemofilia y comencé a odiar mi vida.
No poder participar en actividades físicas hizo que me aislara. Caí en un abismo de depresión, pues sinceramente no sabía aceptar la hemofilia como parte de mi vida. No fue hasta que me aventuré a ir a la universidad que me di cuenta de que tenía hemofilia. Las preguntas entonces fueron: ¿Cómo trato con esto? y ¿Qué hago ahora?
Aunque no practiqué deportes de contacto cuando era niño, todavía había muchas cosas que podría haber hecho, como nadar o caminar. Pero en lugar de eso, elegí concentrarme en lo que no podía hacer. Cuando se trata de deportes y ejercicio, hay muchas cosas que PUEDES HACER con un trastorno hemorrágico. He aprendido que puedo ser activo y tomar riesgos; Sólo tengo que ser responsable al hacerlo.
Por ejemplo, modifico mi régimen de profilaxis cuando voy a estar más activo. Si soy más activo por la noche, tomaré mi dosis justo antes de comenzar la actividad, para que mis niveles de factor estén en su punto máximo. Si encuentro que sangro más después de una o dos semanas de realizar la nueva actividad, me comunicaré con mi médico y analizaré la posibilidad de aumentar mi dosis.
Un cuerpo más fuerte y saludable significa menos sangrado.
Iniciar un programa de ejercicio regular es la clave para mantenerse saludable, proteger las articulaciones e incluso disminuir el sangrado. Ponerse en buena forma física no tiene por qué llevar mucho tiempo ni costar mucho dinero, y puede marcar una gran diferencia en cómo se siente con su salud en general. El bienestar general significa lograr un equilibrio entre comer sano, mantenerse en buena forma física y controlar los niveles de estrés. Estos consejos prácticos pueden ayudarle a poner en marcha cualquier programa de ejercicios.
Consejo #1: Estiramiento
Un programa de ejercicios de calidad implica estiramientos antes y después de su actividad principal. Esto le da tiempo para calentar y enfriar lentamente el cuerpo. El estiramiento puede ser tan simple como respirar profundamente mientras mantienes posturas, tocarte los dedos de los pies (de pie o sentado) o hacer estocadas profundas. Estirarse y respirar profundamente puede mejorar la flexibilidad, la circulación, reducir el estrés, aliviar el dolor y aumentar la fuerza de los músculos alrededor de las articulaciones.
Consejo #2: ejercicio cardiovascular
El ejercicio aeróbico moderado es la base para mantenerse saludable (¡sin juego de palabras!). Los ejercicios cardiovasculares simples pueden incluir caminar, nadar, andar en bicicleta, trotar o bailar. Se recomienda que los adultos entre 18 y 64 años realicen al menos 2 horas y 30 minutos de ejercicio físico de intensidad moderada cada semana, es decir, poco más de 20 minutos al día. La vida es ajetreada, pero es posible encontrar 20 minutos al día para tu salud. Puede ser tan simple como usar las escaleras en lugar de usar el ascensor, estacionarse más lejos en el supermercado o salir a caminar durante la hora del almuerzo. Sea creativo e incorpore el ejercicio a su rutina diaria.
Recuerde: el dolor es una señal de advertencia y podría ser un indicio temprano de un sangrado.
Consejo #3: Nutrición
Para tener la energía para hacer ejercicio y mantener un estilo de vida activo, hay que comer sano. Comer comidas bien equilibradas incluye consumir frutas, verduras, cereales integrales y lácteos bajos en grasa. Las pautas del USDA sobre el tamaño de las porciones por día incluyen: 6 a 11 porciones de cereales integrales del tamaño de una pelota de béisbol, 5 a 9 porciones de fruta del tamaño de un puño, 3 porciones de lácteos del tamaño de una pelota de béisbol, 2 a 3 porciones de carne del tamaño de una baraja de cartas y 5 a 6 porciones de grasas del tamaño de una cucharadita. Si realiza un pedido en un restaurante, elija alimentos horneados, a la parrilla o al vapor, en lugar de alimentos fritos. Además, trate de evitar los refrescos llenos de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa y azúcar, así como los postres. Sin embargo, también está bien darse un capricho de vez en cuando.
Mantener un estilo de vida saludable
La clave para comenzar una rutina de ejercicios es encontrar algo que le guste hacer. Si es pasar tiempo con sus hijos, comiencen un juego de pilla pilla o jueguen al aro juntos. Si anhelan un poco de tranquilidad, salgan a caminar, trabajen en el jardín o dar un paseo rápido con el perro. ¿Te sientes sociable? Tome una clase de aeróbic acuático, ande en bicicleta o trote con un amigo. Elija actividades que aumenten la respiración y el ritmo cardíaco. Todas estas actividades cuentan para su objetivo de 150 minutos por semana.
La clave para cumplirlo es programar tiempo de actividad en su día. Es mucho más probable que haga ejercicio si es una actividad planificada en su horario. Recuerde, de 20 a 25 minutos al día es todo lo que necesita para alcanzar los 150 -Objetivo de minutos por semana.
Otras ideas que le ayudarán a tener éxito son:

  1. Establezca objetivos simples y alcanzables. Escribe estos objetivos y colócalos en algún lugar donde puedas verlos todos los días.
  2. Encuentre a alguien con quien hacer ejercicio. Tener un compañero de ejercicio lo mantendrá responsable y es una excelente manera de dar y recibir apoyo.
  3. Registre su actividad. Lleve un registro de los días que hace ejercicio y durante cuánto tiempo. Verá qué tan rápido se acumulan los minutos y qué tan alcanzables son realmente 150 minutos a la semana.

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*Al igual que con cualquier actividad nueva, y especialmente si tiene problemas de sangrado o de articulaciones, asegúrese de consultar con su médico o fisioterapeuta para asegurarse de que la actividad que planea realizar sea adecuada para usted.
Rich Pezzillo es el Gerente de Comunicaciones de HFA y Janet Chupka RN, BSN, es la Consultora de Programas de FitFactor. 

 
 

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