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El Deporte Para Su Salud

Como saben soy mamá de un niño de 11 años con hemofilia. Cuando mi niño estaba creciendo empezó a aumentar de peso y en ocasiones presentaba dolores en sus tobillos.
Yo como mamá súper protectora, (sí lo acepto, tengo que trabajar conmigo misma para no transmitirle miedo a mi niño) no consideró ningún deporte como una opción viable para Iván. Todos los deportes que le gustaban eran de contacto, como por ejemplo el fútbol.
Su hermana juega voleibol y él se interesa mucho en ese deporte. Rápido, fue a preguntarle a su hematólogo si le daba permiso para practicarlo en lo cual ella aceptó, ya Iván padece de hemofilia leve. Sin embargo, practicando el deporte con su hermana tuvo un sangrado en el hombro por lo cual tuvimos que descartar esa opción.
Siempre supimos que la natación era el mejor deporte para su situación pero nunca tuvo interés en intentarlo. En un momento dado se torció su tobillo y esto lo llevó a estar hospitalizado. De ahí adelante tuvo dolores en su tobillo. Fue en ese momento que nos dimos cuenta de que teníamos que hacer algo, ser pro activos y de alguna manera buscar que fortaleciera su cuerpo y protegiera sus articulaciones.
Encontramos un equipo de natación y lo convencimos de intentarlo. Para nuestra sorpresa, comenzó sus practicas con un desempeño y un ánimo excelente. En la actualidad, practica la natación de cinco a seis días a la semana y nunca ha pedido no asistir.
Iván tiene la bendición de pertenecer a un equipo en el cual ha desarrollado amistades que lo aprecian y que son excelentes, desde sus entrenadores hasta los nadadores de las diferentes edades y lo más importante de todo y que nos llena de tanta felicidad. , Iván se siente un niño normal, no se ve limitado ni diferente, se siente que es parte de algo bueno. Vamos a nuestro hijo feliz y saludable.
Así que mamás que me leen, a veces tenemos que insistirles a nuestros hijos a intentar cosas que entendemos harán la diferencia en sus vidas.
Como en otro escrito, describe a mis hijos como las personas más especiales que tengo en mi vida y en mi corazón, que llenan nuestros días de felicidad, así que estoy segura de que todo lo que tengamos que hacer para mejorar su calidad de vida vale la pena intentarlo.
Un fuerte abrazo a todas!Monica vive en Puerto Rico con sus hijos Alani e Ivancito y su esposo Ivan.
* Nota: “Infusing Love: A Mom's View”, es una colección de opiniones personales y una representación de las experiencias individuales del blog. Si bien se realizan grandes esfuerzos para garantizar la precisión del contenido, lo que se escribe en el blog no representa a HFA ni a su Junta Directiva. El blog tampoco debe interpretarse como un consejo médico o la opinión / posición oficial de HFA, su personal o su Junta Directiva. Se recomienda encarecidamente a los lectores que discutan su propio tratamiento médico con sus proveedores de atención médica.


Soy madre de un niño de 11 años con hemofilia. A medida que mi hijo creció, empezó a ganar peso y a veces tenía dolor en los tobillos.
Como mamá súper protectora, (sí lo acepto, tengo que trabajar conmigo misma para no transmitirle miedo a mi hijo) no consideraba ningún deporte como una opción viable para Iván. Todos los deportes que le gustaban eran los de contacto, como el fútbol.
Su hermana juega voleibol y él se interesó mucho por ese deporte. Rápidamente, fue a consultar a su hematóloga si le daría permiso para practicarlo, lo cual ella aceptó, pues Iván sufre de hemofilia leve. Sin embargo, mientras practicaba este deporte con su hermana, tuvo una hemorragia en el hombro, por lo que tuvimos que descartar esa opción.
Siempre supimos que la natación era el mejor deporte para su situación, pero nunca estuvo interesado en probarlo. En un momento dado se torció el tobillo, lo que le llevó a ser hospitalizado. A partir de entonces tuvo dolores en el tobillo. Fue en ese momento que nos dimos cuenta que teníamos que hacer algo, ser proactivos y de alguna manera buscar fortalecer su cuerpo y proteger sus articulaciones.
Encontramos un equipo de natación y lo convencimos para que lo intentara. Para nuestra sorpresa, inició su práctica con excelente desempeño y ánimo. Actualmente practica natación de cinco a seis días a la semana y nunca ha pedido no asistir.
Iván tiene la suerte de pertenecer a un equipo en el que ha desarrollado amistades que lo valoran y que son excelentes, desde sus entrenadores hasta nadadores de diferentes edades y lo más importante de todo y que nos llena de tanta felicidad, Iván se siente como un niño normal. No se ve limitado ni diferente, se siente parte de algo bueno. Vemos a nuestro hijo feliz y sano.
Entonces, las mamás que me leen, a veces tenemos que presionar a nuestros hijos para que prueben cosas que entendemos que marcarán una diferencia en sus vidas.
Como en otro escrito, describo a mis hijos como las personas más especiales de mi vida y de mi corazón, que llenan nuestros días de felicidad, por lo que estoy segura que todo lo que tenemos que hacer para mejorar su calidad de vida vale la pena intentarlo.
¡Un fuerte abrazo para todos!
Mónica vive en Puerto Rico con sus hijos Alani e Ivancito y su esposo Iván.
*Nota: “Infundir amor: la visión de una mamá” es una colección de blogs de opiniones personales y una representación de experiencias individuales. Si bien se hacen grandes esfuerzos para garantizar la exactitud del contenido, las entradas del blog no representan a la HFA ni a su junta directiva. El blog tampoco pretende ser interpretado como consejo médico o la opinión/posición oficial de HFA, su personal o su junta directiva. Se recomienda encarecidamente a los lectores que hablen sobre su propio tratamiento médico con su proveedor de atención médica.

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