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La casa y el salón llenos del virus.


 
Un plato lleno de virus y un poco de brillantina es todo lo que se necesita para explicar a mis niñas la importancia de lavarse las manos. Cuando mis hijas eran pequeñas enfatizaba fielmente en la importancia de lavarme las manos con agua y jabón. Teniendo en cuenta que ellas tienen un trastorno de sangrado, me aterraba la idea de que se enfermaran, tuvieran complicaciones y no estuvieran saludables. Así que siempre en la casa y cuando salíamos, estaba preparada con toallas húmedas y desinfectante para manos.
Una vez hicimos un experimento para explicarles a las niñas la importancia de lavarse las manos. El fabuloso experimento consistió en echarles brillantina en sus manos y luego durante 30 minutos, ellas estarían haciendo su vida rutinaria. ¿Cuál fue el resultado al final de los 30 minutos? Todo lo que había tocado “estaba infectado con el virus”. Este experimento, también lo hacía en la escuela cuando era maestra de escuela elemental y era fascinante ver las caritas de mis estudiantes de asombro al ver “el virus” esparcido por el salón de clase.
A primera vista, parecería que yo estaba preparada. Que mis esfuerzos por enseñar a mis estudiantes, cuando era maestra, e hijas eran suficientes para mí también. Y aunque lavarse las manos con agua y jabón son necesarios, ¿Cómo nos preparamos todos para una pandemia? ¿Como se prepara la comunidad con trastornos de sangrados? Nunca hubiera imaginado algo como esta pandemia.
Poco en esta crisis es sencillo, surgen muchas preguntas en medio de esta crisis y es imposible encontrar una respuesta correcta. Las restricciones para salir, el distanciamiento social y físico, las mascarillas incomodas, trabajar desde la casa, estudiar desde la casa, esposos en la casa y hasta la forma de saludar son algunas de nuestra nueva “normalidad” y puso a las familias en una situación inusual. El estar juntos en casa 24/7 ha sido una situación agobiante, pero también, una oportunidad para pasar tiempo juntos y hacer cosas extraordinarias que con la vida ocupada que teníamos no hacíamos. Yo también tuve que ajustar muchas de mis rutinas diarias por la pandemia. No vi a mi hija mayor por casi tres meses, no vi a mis sobrinos ni a mi hermano por varios meses también.
Y aunque el virus lo podemos atacar con agua y jabón, muchas de nuestras familias con trastornos de sangrados están preocupadas acerca de la pandemia. Y está bien reconocer que no tiene respuestas, que no se siente bien con lo que ocurre. Recuerde, si usted está bien, su familia también estará bien. Podemos conseguir algo que nos pueda ayudar a lidiar con la situación. Les comparto que me ha ayudado a mi durante este tiempo difícil. Limité mi tiempo en las redes sociales y ver noticias, todos los lunes ayudo a alguien, comence a caminar para relajarme y estar saludable, disfruto todo lo que tengo y doy gracias.
 
Martha vive con su esposo Julio ya su hija Juliemar en Nueva York.
* Nota: “Infusing Love: A Mom's View”, es una colección de opiniones personales y una representación de las experiencias individuales del blog. Si bien se realizan grandes esfuerzos para garantizar la precisión del contenido, lo que se escribe en el blog no representa a HFA ni a su Junta Directiva. El blog tampoco debe interpretarse como un consejo médico o la opinión / posición oficial de HFA, su personal o su Junta Directiva. Se recomienda encarecidamente a los lectores que discutan su propio tratamiento médico con sus proveedores de atención médica.


La casa y el aula llenos de virus
Un plato lleno de brillantina fue suficiente para explicarles a mis hijas la importancia de lavarse las manos. Cuando mis hijas eran pequeñas, enfaticé fielmente la importancia de lavarse las manos con agua y jabón. Teniendo en cuenta que tienen un trastorno hemorrágico, me horrorizaba que se enfermaran, tuvieran complicaciones y no estuvieran sanos. Así que siempre en la casa y cuando salíamos, íbamos preparados con toallas mojadas y desinfectante.
Una vez hicimos un experimento para explicarles a las niñas la importancia de lavarse las manos. El fabuloso experimento consistió en arrojarles brillantina en las manos, y luego durante 30 minutos, estarían haciendo su vida rutinaria. ¿Cuál fue el resultado al final de los 30 minutos? Todo lo que habían tocado “estaba infectado con el virus”. También hice este experimento en la escuela cuando era maestra de primaria, y fue fascinante ver las caras de asombro de mis alumnos al ver “el virus” propagarse por el aula.
A primera vista, parecería que estaba preparado. Que mis esfuerzos por enseñar a mis alumnos e hijas fueron suficientes para mí también. Aunque es necesario lavarse las manos con agua y jabón, ¿cómo nos preparamos todos para una pandemia? ¿Cómo puede estar preparada la comunidad de trastornos de la coagulación? Nunca hubiera imaginado algo así como esta pandemia.
Poco en esta crisis es simple, han surgido muchas preguntas durante esta crisis y es imposible encontrar una respuesta correcta. Las restricciones para salir, el distanciamiento social y físico, las incómodas mascarillas, trabajar desde casa, estudiar desde casa, los maridos en casa e incluso los saludos son algunas de nuestras nuevas “normalidades” y colocan a las familias en una situación inusual. Convivir en casa las 24 horas del día, los 7 días de la semana ha sido una situación estresante, pero una excelente oportunidad para pasar tiempo juntos y hacer cosas extraordinarias que antes no hacíamos con la vida tan ocupada que teníamos. Tuve que ajustar muchas de mis rutinas diarias debido a la pandemia. No vi a mi hija mayor durante casi tres meses. Hace varios meses que tampoco veo a mi sobrino, a mi sobrinita y a mi hermano.
Aunque podemos atacar el virus con agua y jabón, muchas de nuestras familias con trastornos de la coagulación están preocupadas por la pandemia. Está bien admitir que no tienes respuestas y que no te sientes bien con lo que está pasando. Recuerda, si tú estás bien, tu familia también estará bien.
Podemos sacar algo de todo esto que nos puede ayudar a afrontar la situación. Aquí les comparto lo que me ha ayudado durante este momento difícil. He limitado mi tiempo en las redes sociales y viendo las noticias, todos los lunes ayudo a un trabajador de la salud, comencé a caminar para relajarme y estar saludable, disfruto todo lo que tengo y doy gracias.
 
Martha vive con su esposo Julio y su hija Juliemar en el estado de Nueva York.
*Nota: "Infusing Love: A Mom's View" es una colección de blogs de opiniones personales y una representación de las experiencias individuales. Si bien se realizan grandes esfuerzos para garantizar la precisión del contenido, las entradas del blog no representan a HFA ni a su Junta Directiva. El blog tampoco pretende ser interpretado como consejo médico o la opinión/posición oficial de HFA, su personal o su Junta Directiva. Se recomienda encarecidamente a los lectores que analicen su propio tratamiento médico con sus proveedores de atención médica..
 

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